Tuesday 25 January 2011

LA ESTRATEGIA OCULTA DE LAS FARC

LA ESTRATEGIA OCULTA DE LAS FARC
Un análisis de porque queremos una liberación sin tv.

La estrategia de las liberaciones unilaterales parecía completamente fuera de contexto, por varias razones: en primer lugar, La guerrilla colombiana había llegado a uno de los puntos más bajos dentro del proceso de aislamiento de la sociedad civil colombiana. En segundo lugar, en el marco del desarrollo de la política de seguridad democrática este grupo terrorista se vio forzado a emplear un repliegue estratégico, fraccionando sus otrora grandes grupos de ataque, en pequeñas columnas móviles que realizan acciones bélicas contra pequeños grupos tanto civiles como militares. Por otro lado, el apoyo oficial venezolano y ecuatoriano les daba la oportunidad de ejecutar con más tranquilidad las acciones ilícitas que las financian, como por ejemplo el narcotráfico, lo cual sin la persecución incesante de la fuerza publica, generaría un gran torrente de recursos con el cual podrían generar una situación militar y política al estilo de la ofensiva de tet.
La lógica, hubiera dictado que los secuestrados serian su principal activo en medio de esta nueva dinámica de la guerra; con ellos generaban una presión internacional sobre el gobierno para un acuerdo humanitario –presión que logró muchos frutos políticos para las FARC, por ejemplo, la liberación de GRANDA por presión de Nicolas Sarkosy- que dada la postura firme del Gobierno de Álvaro Uribe, resultaría en un debilitamiento paulatino de la posición del gobierno a nivel internacional.

Sin embargo la guerrilla decidió realizar liberaciones unilaterales. Para ello utilizó, una serie de preceptos, que reforzaron su estrategia. El primero, es el uso de sus propios medios de comunicación afines, como Telesur, quienes empleaban una retorica que al final ayudaría a este grupo en su objetivo ulterior. Este tipo de actuación tiene dos objetivos secundarios. El primero, es ejercer presión sobre la sociedad civil colombiana. Esto lo hacen porque lograron interpretar la sensación colectiva de solidaridad con las familias de los secuestrados, es decir, pueden manipular a toda la sociedad solamente con la promesa de libertad. Por esta razón, se hacen liberaciones en grupos pequeños, para de alguna manera chantajear a la sociedad civil con el mensaje de que cualquier situación o concesión es valida en la búsqueda de la liberación de los secuestrados. El segundo objetivo secundario de la transmisión, es un mensaje enviado al exterior en sus propios términos y con sus propios libretos. La buena voluntad que aparentan ante la comunidad internacional esta enmarcada dentro de la ayuda logística de los gobiernos antes mencionados. Con esta evidencia fílmica, apoyada en las acciones de sus simpatizantes nostálgicos del comunismo, las FARC logran crear presión externa y re abrir desde el exterior la ventana política que cerraron en el interior. Para ello, utilizaron a una serie de personas afines, que sin hacer diplomacia directa en su favor, hacen eco de su discurso y de alguna manera legitiman una guerra que el pueblo colombiano desprecia en su totalidad.
El segundo pilar de la estrategia es la recuperación de espacios vitales perdidos. Durante el gobierno de pastrana, las FARC tuvieron toda la interlocución que quisieron tener. Recuerdo a todos los medios entrevistando a uno y otro guerrillero en el Caguan, posando de grandes figuras y ambiciosos intelectuales pacifistas. Tras el advenimiento de Álvaro Uribe, las únicas noticias referentes a esta guerrilla que asomaban la parrilla informativa Colombiana se redujo a sus pérdidas militares y al ruido que lograban generar con acciones terroristas tanto a civiles como a militares. Con las liberaciones unilaterales podrían volver a ser noticia, y a tener cierta relevancia en el escenario político nacional. Desafortunadamente para el país, ese objetivo se logro cuando pusieron al borde de la guerra a Colombia con Venezuela, momento en el cual, desafortunadamente volvieron a dictar la agenda política del país. Para esto se prestaron todos los medios nacionales, que buscando la primicia amarillista del abrazo y la lágrima, abrieron una puerta que había estado cerrada mucho tiempo: la capacidad de la guerrilla de ser protagonista.
El tercer elemento estratégico radica en la curva de aprendizaje que quisieron lanzar sobre la sociedad civil, y hoy es más claro que nunca, idea que desarrollare a continuación.
Las FARC se caracterizan por utilizar tiempos diferentes a los de la sociedad Civil colombiana. En este caso, su estrategia contempla un largo plazo en el cual las liberaciones sirven de plataforma. Las distancias entre liberaciones les permiten evaluar el impacto y otros aspectos relevantes de se estrategia, al tiempo que maleducan a la sociedad, cada vez haciéndolas mas complicadas y difíciles en aspectos triviales. Esto con el fin de probar la elasticidad de los límites del gobierno, la capacidad de presión de la sociedad, los familiares y sobre todo de sus amigos en el exterior e interior. Esto significa que las liberaciones no son más que medios de este grupo terrorista para evaluar su propia capacidad política, al tiempo que estiran las bandas de tolerancia de la sociedad, quien cayó de frente en el chantaje de que todo se vale por la libertad de los secuestrados.
Hasta el día de hoy, aun estamos esperando la entrega de las coordenadas donde recoger al mas reciente grupo de secuestrados. Se han tomado más de un mes para realizar una actividad que -es claro para todos-, no debería tardar más de tres días. Mientras tanto, la guerrilla ha cometido innumerables acciones terroristas contra civiles y militares las cuales han tenido un despliegue únicamente nacional. Por su parte, el gobierno y la sociedad civil aguantan la humillación por el tiempo que las FARC y sus simpatizantes quieran, cada vez estirando mas los limites de sus propios estándares, lo cual es una estrategia exactamente similar a la utilizada con la zona de distensión. Por otro lado La dilación de la última liberación anunciada es en adición a todo lo anterior una prueba para el temple y carácter de Juan Manuel Santos, y de la forma en la que responda al reto de no dejarse chantajear dependerá el desarrollo de la guerra los próximos tres años.

Así pues, el objetivo central de toda esta estrategia empleada por las FARC analizado en este articulo, es simplemente uno. Transmutar conceptos. Para entenderlo, es preciso que el lector recuerde las palabras y los símbolos utilizados en las liberaciones. El término humanitario y el símbolo de la cruz roja internacional se han usado con tanta frecuencia que ya se han hecho parte de la cultura popular de las liberaciones. Misión humanitaria, acción humanitaria, rescate humanitario; son palabras que inundan los medios durante estos eventos: ese es precisamente el eje de la estrategia oculta de las FARC: trasmutar la idea, de “las FARC secuestran” a “las FARC liberan”.
Esta estrategia ha contado con idiotas útiles: los medios. Cada vez que se muestra un abrazo entre ex-secuestrados y sus familias se refuerza la idea de que las liberaciones son un regalo incomprendido, y que todo cuanto se haga por ellas es correcto. Los altos ratings hacen parte de lo que las FARC buscan, al tratar de re educar a la sociedad colombiana para que recuerde mucho mas ese segundo de imagen a los diez años de secuestro que muchos han pasado. Por otro lado, con esas imágenes, y en compañía de sus simpatizantes y amigos, simplemente hacen doble presión al gobierno: la presión interna de una sociedad arrodillada ante el chantaje de la liberación de los rehenes, y la presión externa de gobiernos ajenos a la realidad Colombiana, que han sido influenciados por un trabajo de cancillería bastante mas ágil que el del gobierno: el de los amigos de las FARC

Thursday 6 January 2011

Reflexiones de un país sin memoria

!BIENVENIDOS NUEVAMENTE AL BLOG! Dados las recientes sucesos y discusiones publicas y con motivo del resurgimiento del Blog ¡el anacronista! –relatos de un país sin tiempo, me siento en la obligación de hacer una reflexión que busca defender el país que recibimos de manos de Álvaro Uribe, basado en los relatos de un hombre sabio en quien me baso para rendirle un homenaje: Mi padre.


Cuando era pequeño, recuerdo firmemente la cara de los soldados que eran enviados a morir en las selvas alrededor de 1994, durante el “gobierno de la gente”. En sus rostros se veía el abatimiento y el cansancio. Todos los días, se escuchaban noticias de tomas de pueblos a lo largo y ancho de la geografía nacional, de hecho, muchas veces veíamos llegar a la ciudad, soldados caminando después de grandes tomas, porque no hubo transportes disponibles. El escándalo del proceso 8000 y Ernesto Samper aferrándose al poder me hacían pensar entonces, la necesidad de un cambio urgente para nuestro país. Solo unos años después Mí padre, un conservador acérrimo, nacido en 1925, gran intelectual de derecha, quien vivió en carne propia toda la historia de Colombia, pensaba en la tristeza de nunca haber podido vivir en paz, y gritaba al televisor enfurecido cada vez que Tirofijo o alguno de sus secuaces daba declaraciones durante el fallido proceso de paz.
Recuerdo claramente sus palabras “mano dura es lo que se necesita en este país”, decía mientras recordaba con ironía que las FARC nacieron liberales y se volvieron comunistas. Pero que nunca tuvieron nada de ello realmente. Esa misma noche en que nos contaba historias del bogotazo y de cómo salió ileso de este a pesar de que un liberal trato de asesinarlo, Andrés Pastrana anunciaba lo que mi padre y casi todos los colombianos sabíamos desde un principio: Tirofijo lo había asaltado en su buena fe.
Pero era demasiado tarde. La tregua y retaguardia estratégica ya habían dado a las FARC una gigantesca ventaja táctica operativa, que puso al país de rodillas hasta el punto que mi padre, hablaba incesantemente de la necesidad de irnos del país, en caso tal de que el estado perdiera finalmente la guerra. Recuerdo Firmemente a mi padre recordando cuan grave era la amenaza de Hugo Chávez, de quien nos pidió recordarlo cuando comenzara a apoyar a los grupos terroristas de Colombia y expandiera las ideas socialistas por el continente – nada mas acertado a lo que finalmente pasó-
Durante ese periodo oscuro los indígenas realizaron algo que muchos en el Cauca describieron como un ensayo de sitio. Bloquearon la ciudad de Popayán durante mucho tiempo, dejando a las personas de la ciudad con ninguna otra salida que esperar el Avión Hércules salvador de la fuerza aérea. Recuerdo también que después de las seis de la tarde viajar a la ciudad de Cali significaba firmar un acta voluntaria de secuestro. Memorias me asaltan de cuando secuestraron tantas personas conocidas en la ciudad, que mi padre nos dio instrucciones precisas de que si algún día era secuestrado, actuáramos como si ya hubiera sido asesinado.
Cuanto hubiera deseado mi padre haber podido vivir unos años mas para poder ver los años del Álvaro Uribe Vélez. Estoy completamente seguro de que por las mejillas de mi padre hubieran corrido lagrimas de emoción el día en que el ejercito rescato a los soldados, policías y a los tres americanos (entre otros rescatados) en la operación Jaque. Estoy seguro que en su pecho no habría cabido tanta emoción tras la caída de Raúl Reyes, y los rescates sucesivos, la muerte del negro Acacio y el final de la vida terrorista de Tirofijo y del mono jojoy.

Mi padre murió en el año 2000. Pero el recuerdo de lo que pensaba sirve para hacer un par de reflexiones. La primera, es que el nació y creció en una Colombia sin las FARC, sumida en la violencia y llena de sangre por Doquier. Fue testigo de primera mano de todos los incidentes que dieron forma a nuestro actual conflicto. Y aun así reconocía en los últimos años de su vida que el momento mas difícil de la nación ocurría precisamente en el final de la década de los noventa y en comienzos del nuevo milenio: Así mismo lo veían los miles de colombianos, que habían visto en la guerra degradada por los grupos ilegales, un freno a todos sus sueños de prosperidad y de crecimiento.

La segunda reflexión radica en que uno de los argumentos favoritos de algunos personajes de izquierda afirma que las FARC no son un problema, y que el país necesita cosas más importantes. Muchos de ellos, (Presumiendo la inocencia de sus palabras) simplemente no entendieron, la magnitud de la guerra en Colombia. Y no entendieron que para llegar al momento en el que se halla Colombia, se necesitaba una respuesta estatal igualmente contundente, que durante casi nueve gobiernos no se dio.
Álvaro Uribe no se invento la guerra en Colombia, simplemente fue el único presidente que de frente se encargo de enfrentarla, asumiendo de frente todas las consecuencias. Armado del mejor ejercito de América Latina, y el apoyo popular del pueblo que poco a poco se iba liberando gracias al trabajo firme y honroso de la Fuerza Publica. Clara mente, Él se enfrentaba a una organización que tenia una estructura montada hace cincuenta años destinada al crimen y el delito, que recientemente se había adueñado del negocio del narcotráfico y el secuestro; Es obvio que se esperaba un contra ataque, pues todo aquel que pelea de frente, no teme los golpes de vuelta.

La ultima reflexión es que mas allá de la impronta que Álvaro Uribe dejó para el destino democrático de Colombia, es que su gobierno, su retorica y su discurso, finalmente logró unidad y consenso frente al rechazo absoluto al terrorismo. Eso lo prueban las elecciones pasadas, en las cuales a pesar de tener todo un espectro político de candidatos, existía un consenso tácito sobre la política de seguridad democrática.

Finalmente, dentro de la discusión siempre valida y necesaria en la democracia, la defensa del gobierno de Álvaro Uribe debe hacerse entorno a la política pública que sin necesidad de leyes o legislaciones, se convirtió en política de estado; y que hoy le da un capital político y económico sustancial al gobierno del presidente Santos, para continuar –como es mandato popular- con las políticas de su predecesor.
Por fuera de la discusión, se encuentra el ataque personal; como ejemplo están las discusiones de las últimas semanas donde las acusaciones se reducen al mal uso de la practica periodística, en donde la búsqueda de vigencia sacrifica los deberes periodísticos y civiles, pues en vez de denunciar ante las autoridades sus acusaciones, se mantienen en el ámbito de la especulación y el ataque al nombre.

Finalmente, si mi padre hubiera podido ver la nueva Colombia que entrego Álvaro Uribe, habría muerto, sintiéndose orgulloso de haber crecido en nuestro país, y aunque no hubiese vivido para ver la paz que aun nos es esquiva, habría muerto sintiéndose digno y no arrodillado como nos sentimos los Colombianos durante tantos años en los cuales soportamos la debilidad criminal de nuestros gobernantes.


JORGE MONROY